Por Beniezu
Vamos a reflexionar sobre determinadas actitudes
políticas que erróneamente se suelen situar en el campo de la izquierda por el
mero hecho de cargar unas siglas históricas cargadas de combatividad y dignidad
combativa. Pero que, en la realidad actual, los portadores de esas siglas,
practican una praxis política absolutamente de derechas. El lector sabrá ya que
me estoy refiriendo al llamado PSOE.
Podemos decir que estas siglas fueron usurpadas en aquel Congreso del
partido socialista en Suresnes Francia, en octubre de 1974, donde se dio un autentico
golpe de partido, su dirección fue tomada por una nueva ejecutiva, saneadas sus deudas económicas
y sus estructurada orgánicas, políticas y financieramente por otros agentes
extraños al propio movimiento socialista. Nacía pues un “nuevo partido
socialista” de nuevo cuño y de nueva orientación “europeísta”, pero no tendría de
socialista NADA. Es adelante dé socialista solo tendría el nombre,
las siglas usurpadas , sería un vulgar partido social demócrata de orientación alemana
de donde había recibido cuantiosas
aportaciones. Este nuevo y “ moderno” PSOE , nos contarían que su
posicionan contra determinados objetivos político-sociales del sistema
capitalista, no serían para derrumbarlo sino para “purificarlo “o mejorarlo, porque
tumbar el capitalismo no es democrático ( Como si su contrario , el capitalismo,
modelo al que iría a servir, sería
democrático con la brutal explotación
del capitalismo que arroja a millones de humanos al paro a la miseria y a la
migración salvaje) y en la actualidad los usurpadores de las siglas PSOE viven
de la fama de una fama histórica robada
pues no es la suya.
Y sobre el PCE ocurre casi lo mismo. En su historia no hubo aquel PSOE que solo existía en el exilio, el
PCE siempre estuvo activo y combativo y perseguido por el franquismo. Lo que ocurrió fue una especie de Golpe de estado
interno, apadrinado por el ínclito Santiago Carrillo, que no se entiende que influencias
perversas transmitía a la militancia el caso es que el partido se doblego a los
planes perversos de franquismo, aceptando la llamada “Transición” como si en
realidad fuese un transvase de una dictadura a una democracia al huso
occidental. Y así nos va en la actualidad,
navegando en un mar de corrupción y perversión política donde lo peor de la
calaña franquista nos amenazan con resurgir mostrándonos sus pestilentes entrañas. Calaña que nunca se fue del control del Estado,
gracias a los que aceptaron la pantomima del “Nuevo estado democrático”,
incluidas la mayor parte de las llamadas izquierdas, exceptuando a algunos eternos
combatientes.
Los
partidos, el socialista y el comunista, teóricamente se supone que son los
representantes ideológicos y organizativos de la clase trabajadora. La burguesía ya tiene sus propios partidos de clase
quien les defienda, y lo suele hacer muy bien pues controlan los distritos
gobiernos con eficacia, hacia sus propios intereses claro. Es eficaz para la burguesía como clase
social, porque defiende y garantiza buenos ingresos económicos para esta clase
social. A más beneficios para las clases burguesas menos salarios y beneficios
para la clase trabajadora. Y viceversa, Esta es una ley, la ley del embudo que
rige en el sistema capitalista. Nadie podrá negarlo, a la burguesía, no se le ocurre
pregonar que a más beneficios para los burgueses menos beneficios restaran para
la clase trabajadora. El ladrón nunca alertara a sus víctimas que les está
robando. Y si por casualidad algún gobierno progresista dicta normas económicas
que beneficien ala clase trabajadora, automáticamente las burguesías
empresariales se resentirán y tendrán grandes pérdidas económicas. Y claro eso
no lo podrán tolerar, y nunca lo han tolerado. Se sienten ofendidos que
utilicen “su Estado” para beneficio de los “sucios obreros”. Y actúan en consecuencia,
con la misma herramienta que siempre la utilizan, el golpe de estado y masacre
sanguinaria para que aprendan esos currelas de mierda, quien manda aquí. El golpe de estado, suave o violente es el recurso
histórico que siempre se ha dado en estas situaciones.
Esta suele ser la amenaza latente y silenciosa
que sobrevuela las cabezas de la clase
trabajadora. Los partidos y
sindicatos que se supone deberían defender los intereses de los trabajadores, no cumplen
para nada su misión, y lo peor es que a los trabajadores no parece que les importe
mucho esta falta de combatividad, el derrotismo parece que se ha apoderado de
la antaño clase combativa trabajadora. De ahí tanto desempleo, y los recortes
salariales etc. La burguesía gana y mucho, sus empresas y negocios les son
rentables gracias a que su sociedad está organizada de forma que cada cual este
en su lugar. Unos a trabajar por un mísero salario, produciendo mercancías con
su trabajo que darán unas ganancias muy superiores al ínfimo salario que le
cuesta al patrón con lo cual el valor sobrante, la llamada plusvalía, se transforma
en un enorme capital cuyo único propietario es el capitalista.
Todo para fortalecer y darle continuidad al Régimen
surgido de la Transición, que también fue fruto de una maquinación yanqui conchabados
con las elites franquistas para darle continuidad
al franquismo sin Franco. No porque los yanquis
fuesen fascistas sino porque hacer un franquismo controlado, les pareció la
solución más mas factible para darle continuidad
a unas estructuras políticas anticomunistas visceralmente de derechas confiables y fácilmente manipularles, tal y como podemos comprobar al
día de hoy. Solo les falló un “detallito” no pensaron que la casta franquista
fuese tan corrupta y tan avariciosa que casi ha fundido los plomos del propio
Estado, cosa que difícilmente se va conseguir enmendar el problema en
parámetros de credibilidad. Sus protagonistas y sus instituciones están cada
vez más desprestigiadas y corruptas, es como una gangrena que avanza y avanza.
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